jueves, 3 de noviembre de 2011

CSV - PRIMEROS MEDIOS - UNIDAD: JESÚS Y EL LLAMADO A SER PERSONA - TALLER ALBUM BIOGRÁFICO

ALBUM REFLEXIVO
JESUS, MI HISTORIA Y EL LLAMADO A SER PERSONA.

OBJETIVO: “Comprender la figura de Jesús como modelo de Ser Persona, confrontado con la propia historia  y el afianzamiento de la identidad personal en perspectiva de futuro”
INSTRUCCIONES:
Confecciona un álbum personal (que exprese tu identidad) donde compares los momentos y aspectos más importantes de tu vida, tu crianza, tus valores, tu sentido de vida, tu situación presente y proyección futura con lo que fue la existencia de Jesús de Nazaret. 

El álbum se estructura en dos áreas: una referida a ti y otra a Jesús. Además para cada ítem existen preguntas específicas que debes contestar. Finalmente se te solicita que hagas una conclusión del trabajo. 


Csv Guia Album Reflexivo Jesus y El Llamado a Ser Persona



Grandes Sabios de La Humanidad

martes, 1 de noviembre de 2011

CSV - TERCEROS MEDIOS - FILOSOFÍA Y PSICOLOGÍA - MATERIALES DE ESTUDIO - GUÍA INTELIGENCIA Y DESARROLLO COGNITIVO

1. Introducción
En esta unidad revisaremos cómo interactúan los factores cognitivos (del pensamiento), afectivo – sexuales, y sociales en la formación de la identidad. El hilo conductor de este viaje será el concepto de desarrollo humano. Los psicólogos del desarrollo humano estudian los distintos cambios que tiene el comportamiento de un individuo a lo largo de su vida. No vemos momentos estáticos sino procesos a lo largo de una vida, de ser un organismo unicelular hasta convertirse en un niño que interactúa con su ambiente y que se irá desarrollando hasta transformarse en un adulto capaz de ser productivo, de establecer relaciones afectivas, de tener su propia familia y construir un proyecto de vida propio.
Una de las cuestiones más discutidas dentro de la psicología, y fuera de ella, es cuánto pesan nuestras determinaciones biológicas y genéticas, y cuánto pesan los factores ambientales – sociales.

La identidad, que es el conjunto de cualidades con las que me identifico, es el resultado de un proceso que es, a la vez, individual y social, donde confluyen factores genéticos, afectivos, intelectuales, sexuales, interpersonales, morales, culturales, etc. en la Psicología se han determinado las grandes áreas del desarrollo humano: la dimensión física, la dimensión emocional, la dimensión cognitiva, y el desarrollo social.

Antes de entrar de lleno en estos asuntos, cabe hacer algunas precisiones conceptuales. Mucha gente suele confundir crecimiento con desarrollo, e incluso ambos con madurez. Esto ocurre porque la definición de estos procesos varía según el área profesional y el enfoque que se ocupe para abordar su estudio. Un médico perfectamente podría enfatizar que todos los organismos vivos se desarrollan porque crecen y se modifican hasta llegar a un estado más pleno de sus capacidades.
Desde esta mirada el crecimiento es el cambio cuantitativo en la masa y el tamaño corporal, es decir, el cambio en el número y volumen de sus células. Todos hemos medidos estos cambios sobre alguna pared de nuestra casa, y hemos recibido felicitaciones por lo “alto” que estamos. Los seres humanos, como todos los seres vivos, van especializándose y complejizando sus funciones a medida que crecen, como una manera de responder a la necesidad de adaptación del sistema al entorno. Esto se corrobora al observar la maduración neuromotriz, donde los movimientos y las facultades sensoriales, neurológicas y perceptivas van afinándose para lograr una mejor coordinación. La maduración, en su significado más técnico consiste en que las potencialidades contenidas en la genética de un ser lleguen a aparecer gracias a la interacción con el entorno. Desde luego, la mayoría de las veces entendemos “madurar” como cambios referidos más bien al comportamiento social y moral. En la maduración interactúan, de hecho, herencia y medio ambiente.

Finalmente, el desarrollo se puede considerar como las formas por las cuales las características físicas, cognitivas, y psicosociales de las personas cambian a lo largo del ciclo de vida. Respecto al “ciclo de vida”, hay que señalar que las distintas etapas que tienen la vida de los individuos han sido categorizadas de distintas maneras a lo largo de la historia. Generalmente hoy se aceptan la existencia cinco periodos: la etapa prenatal (desde la concepción hasta el nacimiento) la infancia (desde el nacimiento hasta los dos años) la niñez (desde los dos años hasta los doce) adolescencia (desde la pubertad hasta más o menos los 19 años) y adultez (desde los 20 años hasta la adultez mayor y la muerte). Dentro del ciclo vital podemos constatar cambios del tipo cuantitativo; cómo altura, peso, vocabulario, y podemos observar cambios cualitativos; donde se modifican estructuras y funciones que afectan a la inteligencia, la creatividad, la afectividad, la sociabilidad y la moralidad. El desarrollo supone, entonces, la adquisición de habilidades y destrezas que van a permitir al individuo interactuar con su entorno, adaptarse a él o modificarlo si es necesario.

Pese a la diversidad de teorías sobre el desarrollo hay un cierto consenso que sostiene que todas las dimensiones del ser humano están interrelacionadas, que la “normalidad” del desarrollo puede ser muy variada en cuanto a diferencias individuales, que los contextos sociales y culturales son muy importantes y que las experiencias de la niñez son gravitantes para el resto de la vida. Tendremos oportunidad de discutir estos supuestos al revisar las ideas más difundidas sobre el desarrollo humano. La primera dimensión que abordaremos será la del desarrollo cognitivo.

1. El desarrollo cognitivo.

El desarrollo cognitivo apunta a la manera en que evoluciona la mente o el pensamiento a lo largo de los años. Esta dimensión involucra aspectos tales como los procesos intelectuales, el aprendizaje, la memoria, la solución de problemas, la elaboración de juicios, etc. Además, a la base de todas ellas, se dan por supuestos ciertos conceptos claves como el de mente o conciencia. Sobre estas nociones hay agudas discusiones teóricas que bien valdría la pena revisar aunque sea superficialmente.

2. Cuestiones filosóficas en torno a lo mental.

Los filósofos se han cuestionado largo tiempo sobre qué es la mente, qué tipo de existencia tiene, cuál es su relación con la materia, como interactúa con el cuerpo, cómo exploramos o conocemos nuestra propia mente, cómo llegamos a conocer otras mentes, sobre el lenguaje que utilizamos para referirnos a lo mental, sobre si otros seres (los animales, por ejemplo) poseen una mente, etc. Hoy lo cognitivo no sólo es materia filosófica sino científica: tanto la biología, la lingüística, la informática como la psicología se han involucrado en los debates.

Antiguamente, se utilizaban las palabras “alma” o “espíritu” para describir lo mental. Esto, en el marco de una filosofía muy potente dentro del mundo occidental que sostenía que lo físico y lo mental eran formas de existencias diferentes y separadas. Según esta filosofía dualista, cuerpo y alma eran cosas distintas. Así, una de las preguntas centrales era ¿cuál cosa fue primero; la materia o la mente? Existieron posturas denominadas empiristas (empiria = experiencia) que afirmaban que la mente era un recipiente vacío que se llenaba con lo que el mundo nos entregaba a través de los sentidos. Otras, las idealistas, afirmaban que el mundo es el resultado de la acción de la mente, que lo configura y lo construye. En todo este debate siempre se resaltaron dos características de lo mental. Por un lado, la capacidad de ejercer control sobre la materia, el cuerpo y la naturaleza. Por otro, la capacidad de autoexploración, de reflexión sobre lo que acontece en el teatro de la mente. Esto derivó en que el ser humano se interpretara, casi exclusivamente, como un ser caracterizado por ser racional.

La mente ha sido definida de manera generalizada como un instrumento. En Occidente, este instrumento tiene la capacidad de tomar un objeto y analizarlo, dividiendo sus partes para luego compararlo y asignarle un valor. En Oriente, la mente se considera como una pantalla donde es proyectado lo percibido desde el mundo, y que toma la forma de eso percibido, transformándose en un contenido mental. Por lo mismo, la conciencia no es lo mismo que lo mental, pues a veces hay contenidos en nuestra mente de los cuales no nos damos cuenta (piense en los mensajes subliminales de la publicidad). Si la mente puede aferrarse a ciertos contenidos mentales como imágenes, deseos, sentimientos, creencias, etc., la conciencia permite observarlos y tomar distancia. La mente para los orientales (budistas, hinduistas, etc.) es como un flujo incesante de sensaciones, emociones y pensamientos. La sucesión va “creando” lo que es la realidad para mi. La mente es éste flujo, si él se detiene, la mente desaparece.

El debate ha estado atravesado por cuestiones sobre si la mente es un objeto espiritual o si ella es un objeto material, reduciéndosela al cerebro. Por otro lado, se investiga si mente y cuerpo interactúan realmente (o si no lo hacen), y si es así, cómo ocurre esa interacción. En la historia de la filosofía la mente se ha caracterizado por: la capacidad de conocerse a sí misma, la capacidad de existir de manera independiente del cuerpo, el no ocupar espacio, capacidad de relacionarse con objetos (e incluso con objetos irreales), capacidad de manejar símbolos, capacidad de dirigir la conducta libremente, etc.

Algunas de estas ideas filosóficas no han sido bien vistas por espíritus más científicos. Para los psicólogos de principios del siglo XX todos estos rollos filosóficos se disolvían al concentrarse más bien en la conducta que en la conciencia, dicha postura se denominó conductismo. En la misma línea, hoy los estudiosos del cerebro (neurobiólogos) investigan más bien cómo es que funciona la mente. Los estudios neurológicos fueron descubriendo el “mapa” de las relaciones entre el cerebro y la mente, con la evidente conexión que existe entre las zonas del cerebro y las facultades como el sentir o el lenguaje.

Para Marvin Minsky, investigador del principal órgano mental, el cerebro se puede comparar a una administración con diversos departamentos y equipos directivos. Cada uno funciona autónomamente, preocupado de sus propios asuntos. Pero aún así envían expedientes a otros departamentos, encargados de otras funciones, los cuales, sin saberlo, colaboran entre sí, hasta que emerge lo que conocemos como “mente”. Hay conductas que realizamos sin estar para nada concientes y que tienen que ver con los departamentos inferiores del cerebro (como el caminar, o el respirar) mientras otras son más complejas y van acompañadas de diversos grados de autoconciencia. Esas etapas superiores son para Minsky, la emoción, el lenguaje y la conciencia. Lo significativo del cerebro es que sólo un mínimo de su actividad se relaciona con estímulos externos (2%); gran parte de lo que hace es una elaboración interna. Esto se verifica, por ejemplo, en la relación que existe entre la buena memoria y la inteligencia, pues el almacenaje de datos permite que el cerebro tenga más material con que trabajar.

3) El concepto de inteligencia.

Una vez perfilada las cuestiones conceptuales y filosóficas de fondo, podemos entrar a investigar el concepto de inteligencia, como el centro en torno al que gira el desarrollo cognitivo. Para empezar hay que decir que es un concepto polémico, pues ha servido para discriminar entre las capacidades de los individuos. En general, todas las culturas han buscado métodos para medir la inteligencia de algunos de sus miembros. Por ejemplo, en la China feudal, a los aspirantes a funcionarios estatales se les tomaban pruebas de escritura, de historia, de filosofía.

El afán de medir cuantitativamente la inteligencia es plenamente moderno. Los psicólogos modernos se abocaron a tratar de especificar los factores que inciden en la inteligencia para luego poder medirlos. El objetivo original de este proyecto fue seleccionar para el sistema educativo los alumnos con mejores capacidades de aquellos que presentaban posibilidades de fracaso escolar.

En general la inteligencia se define como la capacidad de resolver problemas, para cumplir la exigencia más general de adaptarnos a un entorno. Otros han señalado la inteligencia como la capacidad individual de aprender y adquirir nuevas experiencias y conocimientos. A veces se identifica la inteligencia con la capacidad de utilizar el pensamiento abstracto. La inteligencia se entiende, por otros autores, como un proceso complejo donde el individuo moviliza su racionalidad para actuar acorde a ciertos objetivos utilizando los medios eficazmente. Desde luego, el avance de la psicología ha modificado definiciones un tanto estrechas de la inteligencia, sobre todo con las teorías de las inteligencias múltiples.

Producto de las mediciones de la inteligencia surgió el famoso Coeficiente Intelectual (C.I.), que consiste en un promedio de 100 donde e mide la inteligencia de la sociedad. Por debajo de ese promedio, se encuentra la parte de la población menos inteligente y por encima de él, los ejemplares más inteligentes. Con esos resultados, se puede dibujar una curva simétrica, que hizo pensar a algunos investigadores, en el carácter hereditario de la inteligencia.

Las pruebas de CI consisten en una serie de exámenes, donde el sujeto realiza un conjunto de acciones o tareas como ordenar conceptos, completar sucesiones de números, componer figuras geométricas, cambiar de posición ciertas figuras, memorizar listas de palabras, etc. Cada edad esta clasificada por el logro de determinadas tareas. El test más famoso es el de Binet – Simon que consistía en treinta pruebas. Mientras más tareas resolviera un niño más inteligente era. Sus logros máximos determinaban la edad mental, la que se comparaba con la edad cronológica. Gracias a estas mediciones se elaboró una escala que va de los puntajes inferiores a 20 (retraso profundo), pasando por los casos borderline o limítrofes (puntajes entre 70 y 80), normalidad intelectual (que oscila entre 80 y 120). Un sujeto con una puntuación de 130, era considerado extremadamente inteligente. Si tenía 140, su intelecto rayaba en la genialidad (hoy se habla de personas superdotadas).

Todas estas investigaciones cuestionaron seriamente nuestra manera de entender los factores hereditarios y ambientales en relación a la inteligencia. En 1960 A. R. Jenssen y H. J. Eysenck entregaron un estudio que planteó que la herencia era responsable en un 80% de la inteligencia de una persona. En aquella época fueron criticados duramente por las posibles consecuencias discriminadoras de sus teorías. De todas maneras, el factor del ambiente y del aprendizaje no era de menos interés. Para comprender mejor la interacción entre el sujeto y el medio, revisaremos la influyente teoría de Jean Piaget.

4. El desarrollo cognitivo según la teoría psicogenética de Jean Piaget.

Jean Piaget fue un psicólogo suizo que estudió cómo la inteligencia se forma a partir de una interacción entre el niño (el sujeto) y el entorno que lo rodea (el objeto). Para él la psicología es un puente entre la biología y el conocimiento. Al igual que los seres vivos, la mente evoluciona para adaptarse a su entorno, y lo hace según etapas. En cada una de ellas, la forma que tiene de ver el mundo el sujeto y de concebirse a él mismo es radicalmente distinta. Los niños actuarían como pequeños científicos que tienen capacidad de darle sentido a su mundo de forma activa, según las distintas edades que pasan. Por estos pasos poco a poco se forma la “mente racional”.

Nuestra inteligencia comienza por desarrollarse con los esquemas, que son un conjunto de acciones concretas que permiten conocer los objetos del mundo. Con ayuda de los esquemas el bebe comienza a diferenciar las cosas que les rodean a partir de acciones: succionar, apretar, tocar, mirar, arrojar, etc. Los esquemas irán variando a medida que el niño crezca, aparecerán nuevas funciones, habilidades y destrezas. Cuando el bebé utiliza los esquemas preexistentes para nuevas situaciones hablamos de asimilación. Cuando esos esquemas son insuficientes surge la acomodación: nuevos esquemas para adaptarse a la realidad. La acomodación nos permite conocer nuevas propiedades de los objetos. Si predomina la asimilación, el niño aprende sólo de memoria.

Piaget dividió el desarrollo de la inteligencia en etapas o estadios. Este desarrollo parte con los reflejos y culmina en el desarrollo del pensamiento abstracto.

La primera etapa o estadio se conoce como etapa sensorio – motriz que se extiende desde el nacimiento hasta los dos años. En ella predominan los reflejos como el esquema básico para relacionarse con el entorno. Los bebés aprenden fundamentalmente tocando objetos, manipulándolos y explorando físicamente el entorno. En este periodo, la repetición es indispensable para fijar y adquirir nuevos esquemas. El objetivo máximo de esta etapa es que el niño ya sepa que el mundo tiene ciertas propiedades y características más o menos estables. Esto se verifica por una cierta capacidad de anticipación, lo que implica que ya se forman ciertas imágenes mentales. Durante parte importante de esta etapa no son capaces de diferenciarse a sí mismos del entorno. Tampoco diferencian a las personas de las cosas, ni comprenden que existan cosas fuera de su campo visual. Recién a los ocho meses son capaces de entender la permanencia de los objetos.

Luego viene la segunda etapa denominada preoperacional, o en otros casos se denomina representacional. Dura desde los dos años hasta los siete. El logro más importante es la adquisición del lenguaje, y la posibilidad de pensar con imágenes mentales. En esta etapa surge el juego simbólico (el niño imagina que su lápiz es un cohete). Es un pensamiento que contienen ciertas curiosidades y puede caer en contradicciones. Por ejemplo, un niño en esta etapa no puede abstraer que la cantidad de bolitas es la misma en un recipiente ancho que en un recipiente alargado.
Durante esta fase de desarrollo los niños no tienen una comprensión general de las categorías de pensamiento que los adultos dan por sentadas: conceptos como los de causalidad, velocidad, peso o número. Otro dato es el egocentrismo propio de esta edad. Esta es la tendencia del niño a interpretar el mundo exclusivamente según su propia posición. Ella o él no comprenden, por ejemplo, que otros vean los objetos desde una perspectiva diferente de la suya. Mirando un libro, el niño preguntará sobre una de sus ilustraciones, sin darse cuenta de que la persona que está enfrente sólo puede ver las tapas del libro. Si se pregunta a una niña cuántas hermanas tiene, contestará correctamente que "una". Pero si se le pregunta cuántas hermanas tiene su hermana, probablemente responderá que ninguna, porque no puede verse a sí misma desde el punto de vista de su hermana.

La tercera etapa se conoce como la etapa operacional – concreta. En esta etapa se superan muchas de las limitaciones de las etapas anteriores. Se denomina “concreto” porque aún las operaciones requieren apoyo de objetos visibles o tangibles. Aún así, el niño es capaz de dominar ciertas ideas abstractas o lógicas, aunque con apoyo concreto. Por ejemplo pueden perfectamente dividir, multiplicar y restar. Surge la reversibilidad del pensamiento, lo que permite solucionar “el problema de los recipientes”, ahora el niño puede recordar que puso la misma cantidad de bolitas en el recipiente alargado primero, y luego en el frasco ancho. Así como aprenden a conservar la cantidad, pueden conservar la masa y el volumen de los objetos. Lamentablemente en esta edad aún no son capaces de resolver ejercicios puramente abstractos como el siguiente: “Juan es menos pesado que Pedro y Juan es más pesado que Andrés ¿cuál pesa más?”.

Desde los once a los quince anos tiene lugar lo que Piaget denomina fase operatoria formal. Durante la adolescencia, el niño en crecimiento puede entender ideas hipotéticas y con un alto grado de abstracción. Cuando se enfrenta a un problema puede barajar los distintos modos de resolverlo y pensar sobre ellos teóricamente para hallar una solución. Se puede operar con ideas matemáticas o físicas “puras”, resolviendo ejercicios puros como el siguiente:

Imagina un péndulo: ¿de qué depende que oscile más rápido o más lento?

A) DEL TAMAÑO DE LA PESA.
B) DEL LARGO DE LA CUERDA.
C) DE LA FUERZA DEL EMPUJE.

Durante este periodo subsiste un cierto pensamiento egocéntrico, que consiste en creer en el poder infinito del intelecto sobre la realidad, como si la realidad tuviese que acomodarse a nuestras ideas lógicas y no ellas a la realidad.

5. El concepto de inteligencias múltiples.

El enfoque sobre la inteligencia ha ido dejando de lado el “cociente intelectual” para hablar de la inteligencia como una serie de dimensiones que pueden ser independientes entre sí. Ésta fue la idea que hizo famoso al psicólogo Howard Gardner quien en 1985 propuso una serie de formas de inteligencia:

• La inteligencia verbal lingüística: capacidad de pensar en palabras, manejar el lenguaje y utilizarlo para expresar ideas complejas.

• Lógico – matemática: habilidades de cálculo, medición, evaluar, formular hipótesis, operación matemática, etc.

• Inteligencia musical: habilidad en todo lo referente al ritmo, tono, timbre al cantar, componer o tocar instrumentos.

• Inteligencia visual espacial: capacidad para imaginar el espacio en tres dimensiones y manipularlo.

• Kinestésica – corporal: habilidad para utilizar el cuerpo, manipular objetos, precisión manual etc.

• Intrapersonal: percepción precisa de sí mismo para formar una vida autónomamente.

• Interpersonal: favorece la compresión y facilita la interacción con los demás.

• Naturalista: gusto por la observación, la clasificación e identificación de sistemas naturales o humanos.

• Espiritual: sensibilidad sobre los sentidos trascedentes de la vida y el cosmos.

Estas inteligencias se determinaron a través de diversos experimentos de los cuales el más famoso fue el llamado “Proyecto Zero”. Uno de los ejemplos que se vieron fue el de los apostadores de carreras de caballos, quienes, en su contexto y con los incentivos adecuados, ponían en movimiento habilidades altamente complejas y consideraban una serie de factores a la hora de apostar. Sin embargo, los mismos sujetos no tenían buenos resultados en los test tradicionales. Otra evidencia interesante fue que en ciertos casos de accidentes con daño cerebral, ciertas inteligencias se perdían pero otras quedaban intactas. Todo éste nuevo enfoque ha revolucionado la psicología, pero también otras áreas como la educación.

Presentación Desarrollo cognitivo

CSV INTELIGENCIA 2011