miércoles, 11 de abril de 2012

CSV - TERCEROS MEDIOS - PRIMER TRIMESTRE 2012 - TEXTOS DE ESTUDIO Y LECTURA - UNIDAD 1: PROCESOS PSICOLÓGICOS - SUBUNIDAD 1: VISIÓN INTEGRADA - TEMA: LA HISTORIA NATURAL DEL HOMBRE

TEXTO 1: DEL COSMOS A LA VIDA.
INTRODUCCIÓN A LA UNIDAD I.


Las tres preguntas más originarias que planteamos los seres humanos son ¿Quién soy yo? ¿De donde vengo? ¿Qué es lo que me espera?. La segunda pregunta fue tradicionalmente respondida por los mitos o por las creencias religiosas, obviamente no exentas de polémicas o de debates. Es que es difícil para el ser humano aceptar cualquier respuesta en esas cuestiones; ya sea si nos dicen que el mundo siempre ha existido, si fue un huevo puesto por una gran ave ancestral o si fue la obra de 7 días de un señor bondadoso de barba blanca y túnica. Hoy contamos con una nueva alternativa de respuesta, tan criticable como las otras: La voz de la ciencia.

Sin embargo, aquí existe un problema. Los seres humanos somos una unidad, una sola cosa. Claro, una cosa compleja, pero un ser que es un todo al fin y al cabo, como un panqueque es un panqueque y no un simple “poner juntos” la harina, los huevos, el manjar y la azúcar flor. Pero la ciencia parece afanada en estudiar lo humano por separado: por allá sus átomos, por acá sus células, por al medio sus moléculas, su mente y sus procesos como algo distinto del funcionamiento de los órganos de su cuerpo. Mientras esto sea así, la pregunta ¿quiénes somos? seguirá sin responderse y seguirán existiendo enormes lagunas en la enciclopedias humanas. Presentaremos una visión que sin esperar a la verdad total, pretende dar una imagen más amplia, menos fragmentada. Es una alternativa para no tragarnos lo primero que nos ofrezcan como respuesta tranquilizadora.

El ser humano es un universo. Un microcosmos que lleva dentro el macrocosmos, es un espejo de la naturaleza pero algo más que eso. Si lo analizamos en lo más pequeño, las partículas mínimas que nos componen datan casi del origen de nuestro universo (15.000 millones de años atrás) en sus primeros segundos de vida. Cuando nace el cosmos nace la semilla del ser humano. Las fuerzas de la gravedad, la energía termoeléctrica, grandes bolsones de hidrógeno acumulado fueron dando forma a las estrellas y al mismo tiempo los átomos de carbono que son los ladrillos mínimos de la vida. De las condensaciones de materia sin forma se fue configurando poco a poco nuestro hogar galáctico: la vía láctea, y dentro de ella, las estrellas aglomeraban diversos cuerpos a su alrededor. Una estrella pequeña y relativamente joven, ubicada en un lugar alejado del centro de la Vía Láctea, es la fuente de la vida de nuestro hogar.

La tierra tiene unos 5.000 millones de años. Durante el periodo de formación era un caldero hirviente de radiaciones UV, explosiones volcánicas y descargas de eléctricas. A “fuego alto” se cocinaban cuatro tipos de gases principales: el amonio, el helio, hidrogeno y el metano. En este ambiente se formaron las moléculas orgánicas sobre la base de carbono, hidrógeno, nitrógeno y oxígeno. Ellas son la base de la vida, y ellas son las grasas, los ácidos nucleicos, proteínas, y los azúcares. La versatilidad de estas moléculas permiten adoptar muchas formas y tamaños. Una de esas combinaciones tiene a) la capacidad de reproducir sus propios componentes y b) de fijar límites respecto a un entorno mediante una membrana, su nombre es célula. Hace 3400 millones de años sobre la tierra aparecieron las primeras células, hacia los 2000 millones de años aparecen las primeras algas y bacterias.

Los eventos sucesivos son conocidos. Una cadena de seres vivos que van perfeccionando su adaptación al medio: peces, anfibios, reptiles, grandes dinosaurios, aves, mamíferos, etc. En el periodo del Cuaternario, unos 2,5 millones de años a 1,6 millones de años aparece el ser humano en una evolución o proceso de hominización que va del habilis al erectus pasando por el neandertal hasta el homo sapiens – sapiens. Ese proceso de hominización involucra: a) bipedización: posición erecta y en dos pies b) cerebralización: aumento de la capacidad craneal c) manualización: posibilidad de manipulación de objetos con las manos d) juvenilización: desarrollo incompleto y flexible en las crías humanas, cuerpo en constante desarrollo y crecimiento hasta edad tardía e) complejidad social: modos de organización social y relaciones afectivas duraderas y estables. Estos elementos son la base de la cultura. El cerebro humano se fue modificando apareciendo nuevas estructuras sobre el viejo paleocortex encargado de los instintos y la agresividad. Una de ellas es el mesocortex, encargado de la afectividad y las emociones. La etapa más tardía es el neocortex, encargado del razonamiento lógico y el lenguaje.        

Podemos comprender al ser vivo humano como compuesto de 3 dimensiones básicas: cuerpo, emociones y lenguaje. Al ser materia orgánica, dicho cuerpo está conectado con la evolución del cosmos y de la vida, es un sistema unitario desde las partículas, pasando por las macromoléculas, las células, los tejidos y todo el organismo. La emociones son una expresión de un ser vivo, sin embargo la afectividad fue vital para fortalecer los lazos familiares y sociales, indispensables para  crear la sociedad y la  cultura. El lenguaje permite la comunicación, la coordinación social, pero no es posible que este ser de lenguaje se desarrolle fuera de una sociedad, de una pluralidad de hombres y mujeres relacionados entre sí. Así, si bien somos individuos no podemos vivir, ni pensar, fuera de una sociedad. 


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