viernes, 20 de abril de 2012

CSV - TERCEROS MEDIOS - PSICOLOGÍA - UNIDAD 1: PROCESOS PSICOLÓGICOS - SUBUNIDAD 2: LOS PROCESOS PSICOLÓGICOS - TEMA: SENSACIÓN Y PERCEPCIÓN


JANE CROSSLEY H. y FERNANDO MORGADO T. Sensación y percepción
Extracto del libro “De fantasmas y demonios
Cada vez que paso frente a una panadería y siento el olor del pan recién horneado, se agolpan ante mí una serie de imágenes y sensaciones. Surgen los recuerdos de los largos veraneos en la playa, los ayunos de los domingos para comulgar en la misa de las nueve; ese olor, a media cuadra de distancia; y estimulada por el hambre la sensación de comer una marraqueta calientita y crujiente.
Tomar conciencia de lo que nos rodea es un tema complicado. El misterio sobre cómo sentimos y percibimos nuestro entorno ha sido uno de los objetos de estudio más antiguo y fascinante de la Psicología. Las investigaciones de los pasados cien años han demostrado que el conocimiento del mundo externo no es simple ni automático, ya que el modo en que lo vemos, determina cómo lo sentimos.
Lo que registro y lo que interpreto
Para aclarar éstas ideas, centrémonos en dos conceptos: sensación y percepción. La sensación describe la relación entre varias formas de estímulos sensoriales (luz, presión, ondas electromagnéticas y de sonido) y cómo estos son registrados por nuestros órganos sensoriales (ojos, oídos, nariz, lengua y piel).
La percepción identifica el proceso a través del cual interpretamos y organizamos esta información, cuyo resultado es la experiencia conciente de los objetos y su relación entre ellos.
A pesar de que nuestros órganos sensoriales son extraordinariamente eficientes, no registran toda la información disponible en un momento dado. Podemos oler y degustar algunos químicos y no otros; oímos sólo cierta frecuencia de sonidos y nuestra habilidad para detectar la luz está restringida a un acotado rango de longitud. La clase del estímulo físico que tanto el hombre como las otras especies puede detectar, está delimitada para maximizar su adaptación al medio. Por ejemplo, nuestra supervivencia se vincula fuertemente a nuestra distintiva capacidad del lenguaje. No es de extrañar, entonces, que nuestro sistema auditivo esté diseñado para detectar las frecuencias de sonidos que más se asemejan al habla humana.
Adaptación sensorial.
Los recuerdos de la playa me conducen a la sensación de bañarme  en el heladísimo mar de Chile y de querer salir corriendo congelada. No obstante, cada verano tenía la certeza de que tardaría poco rato en acostumbrarme a esa temperatura y la sensación se volvería exquisita.  La adaptación sensorial que poseemos – al frío, por ejemplo – se debe a que nuestra capacidad sensitiva decrece en el tiempo ante un estímulo permanente. Por eso, nos acostumbramos al agua de nuestro océano a pesar del impacto inicial.  
La adaptación sensorial tiene ventajas prácticas; entre otras, nos da la posibilidad de centrarnos en los nuevos acontecimientos que ocurren constantemente en nuestro entorno. Una vez más, son mecanismos biológicos los que permiten adaptarnos al mundo cambiante en que vivimos, incluso en el ámbito psicológico.
Cuando muere alguien cercano nos parece que el dolor es capaz de consumirnos. Los primeros días el sufrimiento es indescriptible. Al mes, la pena ya no es constante. Transcurrido un año, podemos pensar con ternura y con cierta lejanía de ese ser querido. Las emociones han cambiado aunque la circunstancia se mantenga: ha muerto.

El doble juego de la percepción y la sensación en el caso de la luz
La luz, que en forma de energía es proporcionada por el sol, es también el combustible de la vida. Es natural que, por tanto, nuestros ojos sean órganos  adaptados para detectar este estímulo, que es convertido en señales que nuestro cerebro puede entender.

Observa la figura: ¿Qué ves? Probablemente, ves a una vieja con cara de bruja o una mujer joven sofisticada. Trata de ver ambas simultáneamente y notarás lo fácil que es centrarse en uno o en otro dibujo una vez descubiertos. ¿Podrías afirmar que todos vemos lo mismo?.


Mira, entonces, la figura de más abajo, esta presenta un conjunto de manchas negras separadas, pese a lo cual si uno se esfuerza, es capaz de ver un perro. ¿Por qué puede verlo? Por que tu cerebro tiende a completar lo que tus sentidos le exponen, con el fin de dotar de significado al Todo. Esta necesidad de unir en un todo las partes separadas es el principio de la corriente psicológica de la Gestalt, iniciada en Alemania a principios del siglo pasado



Mira los círculos centrales. ¿Cuál de ellos te parece más grande? Si los mides, podrás comprobar que son iguales, sin embargo, los vez distintos debido al entorno en que se encuentran. 
Aunque tus sentidos no te engañan, pues te presentan los estímulos tal como son, tu cerebro puede inducirte a percibir situaciones diferentes a las reales.   


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