miércoles, 11 de abril de 2012

CSV - TERCEROS MEDIOS - PRIMER TRIMESTRE 2012 - TEXTOS DE ESTUDIO Y LECTURA - UNIDAD 1: PROCESOS PSICOLÓGICOS - SUBUNIDAD 1: VISIÓN INTEGRADA - TEMA: CEREBRO, FUNCIONAMIENTO Y DESARROLLO

TEXTO 4: EL CEREBRO HUMANO, DESAFÍO PARA EL NUEVO MILENIO.
AUTOR: PEDRO MALDONADO.
LIBRO: NUEVOS PARADIGMAS A COMIENZOS DEL TERCER MILENIO.


La novia de Virgil lo había convencido de que se hiciera la operación. Después de quedar ciego a los diez años a causa de cataratas, el hombre de 50 años se sometió a una operación para extraérselas. Por fin, después de cuarenta años de vivir como un ciego, Virgil podía ver y comenzar una vida normal. Sin embargo cuando abrió los ojos, el hombre no tenía idea de qué era lo que el miraba; había luz, había movimiento y había color, pero todo mezclado y sin sentido. Entonces salió una voz de alguna parte y dijo: ¿y bien?lo entonces comprendió que ese caos de luces y de sombras debía ser una cara.
Aunque recuperó el funcionamiento de sus ojos, el cerebro de Virgil no podía integrar y comprender lo que veía, las imágenes no tenían sentido. No eran los objetos familiares que él conocía muy bien a través de otros sentidos. Después de muchos meses, frustrado y deprimido por un lento aprendizaje  y por problemas de salud, Virgil ya no se apoyaba en su limitada visión y recurría cada vez más a su familiar experiencia del tacto y la audición.

El mundo como lo percibimos es una construcción que el cerebro realiza sobre la base de la actividad de nuestros órganos sensoriales y de la experiencia. Sin órganos sensoriales o sin experiencia (como el caso de Virgil y otros pacientes similares) el cerebro construye un mundo propio y distinto con aquellas experiencias sensoriales disponibles. No basta entonces que la retina proyecte una cierta imagen para que uno la vea; se requiere además que el cerebro relacione la forma, color, y movimiento de lo que ve, con la actividad que simultáneamente proviene de otros sentidos. Este proceso no es en absoluto pasivo. En todo momento el cerebro compara, clasifica y selecciona esta experiencia sensorial echando mano a percepciones previas, en un continuo e interminable aprendizaje.
El cerebro humano es un órgano de poco más de un kilo de peso, que contiene más de 10 billones de neuronas conectadas entre sí por más de 350.000 kilómetros de cables membranosos y está constituido por cerca de un 80% de grasa.

En la última década hemos avanzado significativamente en nuestro conocimiento de los procesos básicos que ocurren en el cerebro, pero aún se mantienen varios mitos sobre lo que este órgano puede hacer. El mito más común considera que el cerebro solo funciona en un 10% de su capacidad. Si se examina la actividad cerebral, ya sea con métodos de registro eléctrico, como el electroencefalograma, o a través de las modernas técnicas de imágenes como la Resonancia Magnética Funcional nos damos cuenta que cuando realizamos las conductas más comunes, como por ejemplo mirar televisión, leer un libro o conversar con otra persona, gran parte del cerebro está activo. Si pudiéramos medir la actividad cerebral mientras realizamos las actividades de un día cualquiera, hallaremos que todas las partes del cerebro han sido activadas en algún momento. No existen áreas del cerebro que algún día podrían despertarse para realizar una función especial sorprendente. De hecho se sabe que si un grupo de neuronas se quedaran inactivas por un tiempo demasiado prolongado, se mueren. Las células del cerebro requieren de una constante actividad para mantenerse con vida. Aquellas neuronas que están más activas refuerzan sus conexiones sinápticas con otras que están tan activas como ellas. A la inversa, tienden a disminuir las conexiones con neuronas poco activas, y a reemplazar esas conexiones hacia otras neuronas con las que no se habían conectado. Esto explica por qué el mapa del cerebro cambia constantemente a lo largo de la vida. Esto significa, además, que el cerebro de cada persona se moldea en relación a la propia historia conductual, en relación a las tareas que les dedica más tiempo y práctica. Pero en todos los casos utilizamos todo el cerebro.

¿Es el cerebro humano algo muy especial y diferente del de los otros animales? Ciertamente no somos los animales que mejor veamos, escuchemos u movamos de toda la naturaleza. Lo más notable del cerebro humano es su capacidad para la reflexión y el lenguaje, pero no existe la certeza de que somos los únicos animales que muestran estas conductas. Si uno observa con detalle la anatomía del cerebro humano y la de otros animales observará una enorme similitud de estructuras. Se sabe que los chimpancés poseen áreas de la corteza que en los seres humanos posibilitan lenguaje. La particularidad humana reside en el hecho que tenemos mayor corteza que otros animales, que es una estructura multipropósito que amplia nuestro rango de posibilidades de actuar.

A veces se suele comparar nuestro cerebro con un computador pero esto no es del todo acertado. Si bien es cierto que las neuronas funcionan con dos estados básicos como los bits de un computador (que funcionan con estado 0 y 1), eso es casi todo lo que podemos asemejar. Mientras el computador tiene una estructura central que procesa lineal y secuencialmente las tareas, el cerebro actúa en red activando al mismo tiempo y sin jerarquías, distintas funciones. Muchas veces estas funciones actúan como módulos o departamentos separados, encargados de realizar una y solo una tarea, ignorando lo que ocurre con las demás.
Tampoco es correcto decir que “el cerebro procesa información”. De hecho, las neuronas son pésimas conductoras de información (si las midiéramos en bits) y los modelos computacionales son muy pobres en rendimiento en comparación a un cerebro. Un niño de tres años puede hacer una acción muy trivial que un supercomputador no puede. Mientras un computador procesa información linealmente, el cerebro es no lineal y funciona, como ya dijimos con operaciones paralelas.

Otra confusión es asemejar cerebro y computador porque tienen una memoria. En un computador, la memoria es una dirección física en sus circuitos que pueden contener un valor numérico y que pueden ser extraídos en cualquier momento que se acceda a esa dirección física. En el cerebro no existe nada así. No hay ninguna área conocida que al ser dañada produzca la pérdida selectiva de la memoria, por ejemplo, de una cara, un objeto o una persona. Al contrario cuando se le pide a sujetos que recuerden una cara o un objeto muchas áreas cerebrales se encienden. Por otra parte, sí se sabe de algunas estructuras esenciales para la formación de memorias nuevas como es el caso del hipocampo. Varios pacientes que muestran lesiones en el hipocampo son capaces de recordar eventos anteriores a su lesión, pero son incapaces de formar nuevas memorias. Leen un libro y al día siguiente no recuerdan haberlo leído, o no reconocen al médico que los ha tratado por meses. Lo que sí se sabe con certeza es sobre la memoria y el cerebro es que para que un evento u objeto quede integrado en la memoria, deben ocurrir cambios morfológicos entre las conexiones de muchas neuronas. Sin estos cambios, no hay memoria y sin memoria no hay aprendizaje. Nuestros cerebros están entonces en continuo y constante cambio físico, mientras que en un computador las conexiones son permanentes.

Finalmente, es importante destacar que a diferencia de los computadores, las funciones del cerebro humano no se basan exclusivamente en la actividad eléctrica de las neuronas, sino que existe un componente crucial de esta actividad que tiene que ver con la acción de innumerables compuestos químicos que inician o modulan esta actividad. Ninguna explicación sobre la función cerebral puede estar completa sin que entendamos bien las múltiples interacciones bioquímicas que ocurren en nuestros cerebros. En los últimos años, se han logrado enormes avances para relacionar desbalances bioquímicos del cerebro con una serie de enfermedades que van desde el Parkinson hasta la depresión y la esquizofrenia. En muchos de estos casos, la medicina puede modificar el balance químico mediante drogas que disminuyan o mitigan estos desbalances.   



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